Humanidad

Este es un artículo que nos encargaron escribir en el grupo de creación literaria al que asisto, para la campaña Abróchate a la Vida.


Humanidad

A los humanos nos gusta la emoción, liberar adrenalina en nuestro sistema. Construimos lugares con el fin de producirla y recreamos situaciones intensas y peligrosas para satisfacernos de ella. Hemos creado un sector económico encargado de generar ganancias al asustarnos, que vende el riesgo como producto y lo promociona como diversión. Y lo consumimos, porque lo necesitamos. Llenarlo no tiene, en ciencia, nada de malo, en medida en que se haga en los lugares y situaciones adecuados, designados como "familiares".

Pero también somos los humanos quienes inventamos las armas con el propósito de ser armas, que han dejado de representar la protección y se han convertido en el ícono mundial predominante de miedo e inseguridad. Estos dadores de muerte nos acercan al borde de las escenas de peligro y exaltación que la mayoría de nosotros sólo quiere disfrutar (y muchos no lo quieren) en parques de diversiones, el cine y las novelas, donde se encuentran todas las copias que creamos para la diversión y estimular la fantasía, sacar filo a los sentidos. Vienen en muchas formas, colores y diseños, a veces usando máscaras, o a veces en bienes pervertidos por la intención humana. Algunas de estas figuras son más viles, evitadas y repudiadas que otras; un cuchillo de cocina, un bate de béisbol o el suficiente veneno para ratas, todos con propósitos y fines de creación nobles (o relativamente nobles), pero que una vez en nuestras manos son importantes candidatos para dar lugar a sucesos peligrosos, accidentales o causados, y cuyo manejo debe darse de la forma apropiada y sin desviarlo de la idea para que fueron hechos, sin arranques de excitación o deseos de mala cuna. El automóvil entra en esta lista y la encabeza, y no muchos se ligan a la responsabilidad de aprender a usarlos correctamente. No muchos o casi nadie. Al tomar el volante manejamos, no carros, sino armas-transporte.

Se dice entre números que los autos matan más personas en el mundo que las balas al año, y si nos obligáramos la responsabilidad ciudadana de cuantificar (o buscar los datos que ya existen y que la mitad de las personas con conciencia promocionan) el número de accidentes automovilísticos anuales de una localidad y obtener el porcentaje de muerte, seguro que estaríamos extenuados por darnos cuenta de la gran probabilidad que tenemos de ser nosotros cada día. Y sorprendámonos aún más encontrando, no en cuántos casos estuvieron involucrados el alcohol y la inconsciencia, sino en cuántos no lo estuvieron. No, miento: es más sorprendente en el que sí estuvieron. Revisemos los promedios de horas y días a la semana en que estos infortunios suceden y habremos probado por nuestro propio ingenio que toda esa propaganda en los medios está totalmente en lo cierto.

¿Y qué queda? ¿Llegando las nueve o diez de la noche encerrarnos en nuestras casas con miedo de morir si ponemos un pie en el pavimento o la acera? Porque también a los peatones se llevan. ¿A eso tendremos que llegar para dejar que se aniquilen en la calle los desgraciados que matan aplastando un pedal y poder vivir en paz, vivos pero con miedo? ¿Cómo reparamos los estragos? ¿Cómo redirigimos los indicadores y ajustamos los números en las tablas? Educación: con lo que se puede resolver todo. No un par de retenes en unas cuantas avenidas, que todo el mundo conoce y todo el mundo evita (excepto los sobrios). Educación en medidas de prevención, propaganda de la responsabilidad de manera intensa en los niveles afectados y en quienes ellos dependen.

Por último, ¿por qué utilizo una terminología tan general? Para que no se restrinjan los eventos, las situaciones y las soluciones a un campo específico y cerrado. No le digan sólo a los jóvenes que por favor usen el cinturón, sino también a los niños, con mayor intensidad y con mayor razón. Lo mejor que podemos hacer es dejar de dirigir a la población a situaciones de riesgos, sin importar el grupo de población o la situación que se suscite. Es un mensaje que deben entender todos si lo que se buscan son cero muertes por accidentes en autos.

RARS!!!

No hay comentarios: