2010

Víspera de Año Nuevo. 22.40h, siendo precisos. Año Nuevo no es un día ni una noche: es un momento, un punto en la línea del tiempo. Sin dimensión medible. Un instante sin duración. No es como Navidad. Navidad no sucede a las 12 de la noche. Navidad es un evento, que ocurre cada vez que se da una escena concreta: el encuentro de un alma con Dios. No es un instante, sino su opuesto: una eternidad. Y a diferencia de Navidad, Año Nuevo es un umbral sin valor propio. Toda la importancia que puede tener es un agregado nuestro. Es un punto en el elipse que llamamos "año", que elegimos para marcar el inicio y el final de un ciclo. Así como un cumpleaños. No quiere decir que hace 4 540 000 000 de años, al término de lo que hubiese sido un imaginario 31 de diciembre, nació la Tierra en el primer segundo del primer 1º de enero. No marca el primer instante de nada más que de lo que arbitrariamente marcamos como año. Es una designación inútil, tal cual un cumpleaños. Celebrar el aniversario de aquel momento donde el mundo pasó de ser un mundo sin Juan a ser uno con Juan. ¿Y por qué un aniversario? ¿Por qué no mejor celebrar cada mes, o cada semana, o cada día? ¿Por qué no mejor celebrar cada instante? No se puede, dejaría de ser especial. ¿Dejaría de ser especial alguien si a cada momento nos alegrásemos de su existencia? Debe celebrarse a alguien cada cierto tiempo. Nos da la oportunidad de alegrarnos por él. Que sepa que nos importa. Entonces, ¿qué tal cada 2 años, mejor? ¿O cada 5, cada 10, 20? ¿Por qué no mejor hacer una única fiesta a la que llamaremos "Fiesta de Vida", que cada quien celebre cuando mejor le venga en gana, y contará por todos los "cumpleaños" que hubiera tenido? Todo, tanto lo que es como lo que invento, me suena igual de estúpido. Las normas sociales son tan molestas.

10:58 ya. Qué tarde. Qué temprano. Qué importa. Tarde para seguir escribiendo. Temprano para dejar la locación actual. Y no importa porque no haré nada al respecto. Cuando en un grupo de personas de afiliación denominada "familia" el o los líderes deciden que pasarán la velada en compañía de la familia vecina y las familias relacionadas a ésta, se considera que es una "decisión" de familia. Y aunque nos hacen creer que una decisión de familia es aquella donde de forma unánime todas las partes están de acuerdo en la resolución, la verdad es que una decisión de familia se llama así porque toda la familia debe seguir y consentir con la determinación de los líderes. Esto es vital para la estabilidad familiar, si es que algo parecido existe. No se debe maliterpretar: con mi familia es la única forma en que deseo pasar las fiestas decembrinas, pero no por ello me debe agradar la manera en que éstas se celebran.

Las 23.04 horas. Tiempo de conseguir la cena. Tumulto de individuos sin rumbo aparente. Recién llegados estorbando para saludar a personas que no les son gratas. Sentado de nuevo en la esquina donde escribo caigo en la cuenta de que vestirse bien por compromiso es incómodo. O vestirse del todo.

Visitantes en mi esquina prestada. Pero con todo el ruido alrededor no es una mayor molestia.

11:30 exactamente (aunque la medición del tiempo nunca es exacta). Estoy consciente de que esto, que antes de empezar tenía la intención de ser el preludio de la crónica con un leve toque de surrealismo que me fue solicitada por aquella persona que probablemente jamás ha visitado este sitio ni lo hará, y que comenzó como reflexión de los estatutos sociales relativos a la fecha actual, ha mutado en una vaga narración de los eventos que ocurren a mi alrededor. Estoy consciente de ello y por ello me disculpo, y me dispongo a volver a mi vía inicial.

Las personas harán muchas cosas para ser felices. O más bien, harán muchas veces las mismas cosas de siempre. Declarar días de fiesta es una de ellas y de las más aceptadas. También la mayoría de las actividades que tradicionalmente se realizan en estas fiestas. Un ejemplo de las que son generalmente rechazadas es la adicción a las sustancias enervantes, la pornografía y los "malos hábitos". Yo no llamaría ni a las primeras ni a las últimas como actividades que lleven a la felicidad. Ni a las fiestas, ni a las drogas, ni al sexo. Y lo considero así porque veo cómo se malinterpreta y malemplea el término "felicidad". Las actividades mencionadas... Esperen. 12 en punto. Las cero horas del nuevo año. Celebradas 10 segundos tarde por la necedad de una niña con celular retrasado. Los celulares están hechos para llamar y los relojes para medir el tiempo. ¿Cuándo lo entenderán? Feliz año, por cierto. Lo que sea que eso signifique.

... Las actividades mencionadas traen desde alegría hasta euforia: estados del cuerpo. La Felicidad en su lugar es un estado del Ser. Del alma. Es un estado de plenitud. Y no puede ser alcanzado por la sobreacumulación de endorfinas. Es algo tan poco entendido que pasamos la vida entera en una carrera por encontrar la Felicidad, sin saber realmente cómo es. Porque estamos seguros de que cuando la encontremos lo sabremos: que no necesitaremos nada más, nunca. Muchos se decepcionan al alcanzar lo que creían sería la felicidad, que los satisface al grado de parecer verdadera, pero no tanto como para llenar aquellos vacíos que más queremos olvidar. ¿Sabéis qué? Sólo el Amor puede rellenar esos huecos. Sólo Dios.

Veinte pasadas las cero horas. Finalmente, contándolo todo y a pesar de todo ello, es una sensación de calidez increíble (porque no me la creo) la que se siente cuando tu familia, tus amigos y tus desconocidos se reúnen alrededor de una mesa con serpentinas en la boca y el cabello, licor en el estómago y la cabeza, en un estado de júbilo que no dura más de cinco minutos para gritar al viciado aire de la cocina palabras vagamente inspiradas. Esa sensación es una probada de Felicidad. Porque a pesar de que el momento en que un año acaba y comienza otro no signifique nada y esta noche sea sólo una fiesta inventada, el ver que un grupo de personas no necesite una razón real para reír y celebrar y gastarse bromas es la única manera que veo en este momento de medir el verdadero bienestar. No el económico, académico, laboral o ambiental. El verdadero bienestar. El de estar bien con la Vida. Y con eso dicho y puesto me retiro, a ser parte del festejo.

Feliz... Feliz y punto.

[ RARS! ! !  S.N.1000003258 ]