140 x 16 caracteres

Sé que es tonto y ridículo a estas alturas, y que admitirlo no me va a ayudar, pero no puedo "superarte". Y esa es una palabra apropiada para negar, porque en efecto sigo tras de ti. Nada que haga para borrarte de mi mente, o convivir contigo en ella, es suficiente. Por el contrario, ignorarte me hace sentir ausente; vilipendiarte me hace sentir culpable; recordarte me provoca nostalgia. Incluso intentar concentrarme en tus defectos sólo me provocan mayores ansias de quererte. Busco perfección en otro lado y termino siempre encontrándote a ti.

Estoy cansado. Es cansado mantener la vida en pausa por no querer vivir cualquier cosa sin compartirla. Es cansado intentar todos los días ponerla en marcha aún sabiendo por tantas caídas que simplemente no puedo seguir sin ti. ¿Estoy escribiendo un melodrama? Quizá. Pero te aseguro que no hay palabra escrita mía que no atraviese la razón. Esto es en lo que creo no sólo con mi instinto, sino con el uso de toda la gracia cognitiva de la que soy recipiente. Y aún sabiendo que esta no es una buena idea, hay verdades que no puedo mantener encerradas. Hay verdades que tienen que expresarse para sentirse verdaderas. Y esta verdad es que estoy increíble, indudable y profundamente enamorado de tu persona, de tu carisma, de tu fortaleza, de tu entrega, de tu genio y de tu belleza. De cómo ríes y cómo te enojas. De tu habilidad para poner color en todo lo que ves. De la manera en que extiendes un gesto de casual simpatía hasta hacerlo un enunciado emotivo completo y coherente. Y me alegra estarlo. Me motiva a mejorarme, a ser perfecto. A ser más como tú. Nunca podría ser ello causa de amargura.

Sólo te pido que cuando te enojes o te frustres contigo misma, tengas en mente que hay alguien que conoce y ama todas esas partes de ti que no te gustan y te desesperan. Tal vez entonces puedas ser menos dura contigo. Quiérete como yo te quiero. Alégrate con tus logros como yo me alegro. Ama aquellas cosas que te hacen única. Es lo único que pido.

Sé feliz.

R!